Cobertura Dcine / Día 7

Con un hilarante inicio liderado por una divertidísima Marianne Jean-Baptiste… se da un giro radical para proponer al espectador una contundente reflexión sobre la importancia de la comunicación en las relaciones familiares.

Todo lo bueno de la propuesta radica en el personaje de Marianne Jean-Baptiste, una mujer con muchos problemas que vuelca sus frustraciones del pasado y es autodestructiva con todo lo que pasa por delante… una mujer que vive cabreada con la sociedad… una mujer que vomita su veneno encima de cualquiera que se cruza con ella… con algunos arrebatos y descalificaciones realmente antológicos.
Y después con esa misma mujer entrando en un cuadro de depresión agresiva… y en donde aflora la parte melodramática… donde aflora el dolor y la emoción.

Precisamente ese cambio de rumbo es el que no termina de estar bien hilvanado… la película va perdiendo «punch» según avanzan los minutos, en perjuicio de la parte más importante de la historia (cuando se manifiesta al exterior todo el dolor acumulado), pero esta vez no con gritos si no con silencios y rostros destrozados por un dolor ya insoportable.

A favor: Marianne Jean-Baptiste, tanto con sus hilarantes e histriónicas escenas, como en sus momentos de ojos llorosos
En contra: todas las expectativas que se esperan de un director top, del autor de «Secretos y mentiras» o «Vera Drake»

Posibilidades de premios:

• Concha de Oro a la mejor película
• Concha de Plata a la mejor interpretación (Marianne Jean-Baptiste)

DCINE (Reverendo): (6 / 10)

Gia Coppola tiene sangre hollywoodiense, por sus venas corren generaciones de cineastas. Su abuelo Francis Ford Coppola (también en Sanse presentando sin mucho éxito su Megalópilis) ayudó a criarla y le permitió visitar los platós de ‘El Padrino III’ y ‘Drácula’ cuando era niña… Su tía Sofia , cuyas películas Gia idolatraba cuando era adolescente, es también una realizadora consagrada. Por no hablar de sus primos Jason Schwartzman y Nicolas Cage…

Se presenta en San Sebastián con su cuarto largometraje, un convencional y superficial retrato de una mujer (interpretada por Pamela Anderson) cuya vida se le viene abajo.

Pero hay que reconocerle a la directora que consiga hacer brillar al reparto… y con ello consiga salvar a la peli de pasar desapercibida… en especial gracias a una Pamela Anderson, cuya conexión con el personaje es tan poderosa como para tenerla muy en cuenta en la ya iniciada carrera por los premios de este año, incluido el Oscar.

Una reflexión dulcificada de nuestros sueños de vida, de que no hay que juzgar las vidas ajenas, de que no deberíamos arrepentirnos del pasado, de que las cosas se hacen como uno puede o es capaz en cada momento… y gracias a Shelley (Anderson) lo podemos medio disfrutar…

A favor: Pamela Anderson con el que seguramente podría ser el papel de su vida… conmueve de principio a fin
En contra: que una vez que la historia no atiende a su personaje principal… todo se convierte en anodino y poco empático

Posibilidades de premios:

• Premio a la mejor interpretación (Pamela Anderson)
  
   

DCINE (Reverendo): (6,5 / 10)